IRUYA, Salta, Argentina, 01/09/20.- Por iniciativa de los comerciantes y con acuerdo del COEM, se decidió cerrar los comercios que venden comestibles por dos semanas. La medida, que surgió luego de conocerse los últimos casos positivos en Iruya, tiene como objetivo reducir todo lo posible la circulación de personas. Se dejó abierta la posibilidad de replantear esta medida la semana que viene, para no desabastecer de alimentos al municipio.
Los vecinos de Iruya tomaron conocimiento de esta nueva disposición a través de mensajes de whatsapp, ya que no hubo ninguna publicación oficial al respecto, tanto en la página de la Municipalidad como en la del Hospital.
Hoy, hasta las 14, los diferentes negocios atendieron al público. En los comercios más grandes se vieron largas colas de personas que querían abastecerse de mercadería, mientras la policía controlaba el distanciamiento. La mayoría de los negocios atendió puertas afuera, como medida de prevención para disminuir la posibilidad de contagio.
Ahora sí, Iruya pasó a estar en cuarentena, hasta el 14 de septiembre. Según las disposiciones tomadas por el COEM, nadie entrará ni saldrá del municipio durante las dos siguientes semanas, salvo alguna urgencia debidamente justificada. Y se volvió a fase 1. El lunes próximo, personal del Hospital realizará nuevos testeos, teniendo en cuenta el protocolo a seguir.
Para muchos es un alivio esta nueva situación. Para otros, se debieron tomar las medidas mucho tiempo antes. La pregunta que se hacen es: ¿se tenía que esperar la llegada de muchos casos para actuar responsablemente? El virus, como es sabido, es muy contagioso. Apenas unos días antes de la confirmación del primer caso en Iruya, hubo en distintos parajes del municipio encuentros de fútbol, reuniones con personas que no respetaban el distanciamiento social ni el uso correcto del barbijo. Dos días antes de la conocerse el primer contagio, en Iruya hubo diferentes reuniones con música y alcohol hasta pasadas las 5 de la madrugada. Días después, el propio intendente reconoció por la FM Municipal haberse saludado con las manos o hasta dándose un beso con diferentes personas.
Varios vecinos preocupados han llamado a NOTIRUYA para quejarse de que las propias autoridades no respetaban las medidas, manifestando que entraban o salían personas autorizadas “con una firma del intendente” sin cumplir cuarentena o ningún tipo de aislamiento. Si bien no es hora de estar buscando culpables, sí es momento para reflexionar y que estas situaciones no vuelvan a repetirse, por el bien de todos. Cada persona que vive en Iruya sabe que si contrae COVID-19 y la enfermedad avanza, no hay posibilidad de tratamiento en el Hospital y deberá ser trasladado a Salta, un viaje de más de 5 horas en ambulancia. Y hay dos ambulancias en buenas condiciones.
Entonces, ahora sí es el momento de que todos actuemos no con miedo pero sí de forma responsable, cuidándonos con el cumplimiento de las medidas a rajatablas, empezando por las autoridades y terminando en cada vecino. Y por sobre todo, cuidando a los demás. Los mayores, los abuelos, son personas de riesgo y en Iruya hay un gran porcentaje de ellos. Ahora sí, y de una vez por todas, es hora de apelar a la unión para poder salir adelante entre todos, y no tener que lamentarnos más tarde por no haber hecho bien las cosas.
Actuar, como hacían los ancestros andinos, en forma de comunidad y no buscando la conveniencia individual. Si cada individuo aporta al conjunto, la sociedad va a estar mejor; y si la sociedad está mejor, todos salen beneficiados. Tan sencillo como eso, pero un concepto que encierra gran sabiduría.
Raras son a veces las conductas de las sociedades, pasando del todo a nada sin puntos medios. Con cambios drásticos sin razón aparente, cuando se podrían realizar de manera más gradual y con responsabilidad, no esperando a tener el hecho consumado para actuar.
Por Pablo Harvey, para NOTIRUYA.
Mirando pasar la ambulancia durante la espera. (Ph: Verónica Casini). Personas esperando ser atendidas. (Ph: Verónica Casini). En la calle Belgrano. (Ph: Verónica Casini). Esperando en la calle San Martín (Ph: Verónica Casini).