IRUYA, Salta.- Durante la filmación del comercial de cerveza Guinness, realizado hace unos ocho años, el pueblo se vio revolucionado: objetos variados, gente por todos lados y apurada, conversaciones en inglés, carteles anunciando dónde se comía, calles obstruídas.
Se armó para el comercial un gigantesco dominó, comenzando con fichas pequeñas y finalizando con automóviles reales. Una puesta en escena de alto vuelo. Extras contratados por por lo menos un par de cientos. Gran movimiento que duró un par de semanas.
Algo distinto que alteró la paz habitual del pueblito de montaña.
