El tapir (Foto: Ossian Lindholm), considerado el mamífero terrestre más voluminoso de Sudamérica, fue declarado en Salta, Chaco y Misiones “monumento natural provincial”, prohibiéndose su caza, tenencia y comercialización.
Al ser un habitante de las yungas, forma parte de la fauna de Iruya, ya que las mismas atraviesan la parte baja del Departamento de Iruya.
En Argentina su presencia constituye el 2 % de su distribución en Sudamérica y se encuentra actualmente en las provincias de Misiones, Chaco, Formosa, Jujuy y Salta; aunque hubo menciones de avistajes en el Noreste de Santiago del Estero pero se extinguió en Corrientes, Tucumán y Santa Fe.
El tapir es considerado una de las especies clave porque desempeñan un papel importante en la dispersión de semillas y porque modela la estructura y composición del hábitat, y con ello la conservación de ecosistemas enteros.
La Uinc categoriza a esta especie como vulnerable con tendencia poblacional decreciente; y en Argentina, el tapir está categorizado como “en peligro de extinción por la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (Sarem) y especie amenazada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. En Salta y Jujuy, la probabilidad de pérdida de hábitat amenaza un 24 % de la superficie de distribución de la especie, mientras que la ganadería afecta un 64 % aproximadamente.