Iruya es el paraíso, quién puede decir que no

Iruya es el paraíso,
quién puede decir que no,
rodeado por las montañas,
en el centro como flor. (*)

Esta copla expresa la natural belleza del paisaje de Iruya, como también el amor por la tierra natal. Como queda simbolizado en la fotografía: una mujer observa la magnificencia de la vista ante ella.

En Iruya, como en muchos lugares de las provincias del noroeste argentino, la copla está muy difundida. Las coplas se cantan acompañándose por la caja, instrumento de percusión que aporta el ritmo. Los versos expresan un mensaje conciso. La tonada le confiere carácter. La forma de cantar puede sonar extraña a quien no está familiarizado con esta expresión musical. Puede parecer hasta monótona para aquellos que no captan el trasfondo: la copla siempre es un mensaje. Y ese mensaje se repite una y otra vez en las rondas de copleros, que cantan y cantan durante horas.

Hay tonadas de verano y tonadas de invierno; son melodías o estilos musicales característicos de cada estación del año. Las de verano suelen ser más alegres, frescas, vivas, y evocan la energía y el ambiente propios de la época estival. Por otro lado, las tonadas de invierno tienden a ser más suaves, quizás melancólicas e introspectivas, reflejando el carácter más tranquilo y frío característico del invierno. Así, la copla, a través de la tonada, expresa las emociones y las sensaciones propias de cada estación del año.

Hay coplas que hablan del amor, o de diferentes aspectos de la vida, o también picarescas o políticas. Hay coplas que se refieren a la belleza del paisaje, como «Iruya es el paraíso». Están aquellas que hablan de situaciones tristes, de soledad. En suma, a través de la copla se puede transmitir mucho de lo que sucede en esa aventura maravillosa que es vivir.

(*) Esta copla fue recopilada en Iruya por Nila Aydee Zalazar de Federico (22/11/32 – 04/03/94).

(Ph: Mary Castillo).