IRUYA, Salta, Argentina, 28/06/20.- Cuando en los días de invierno brilla el sol y puede verse el paisaje sin nubes, la vista es asombrosa. Las montañas vestidas con sus colores más apagados lucen nítidas, la atmósfera es diáfana, y según la fase en que se encuentre la luna, puede vérsela de día recortada impecable sobre el fondo azul del cielo.
Como en esta hermosa toma de la luna creciente, tomada con el sol de espaldas antes de que descienda detrás de las montañas. (Ph: AG Parma).
