IRUYA, Salta, Argentina.- Dos burritos y una señora van camino a San Isidro, uno de los numerosos pueblos que componen el municipio de Iruya. Los burros cruzan por las aguas cristalinas y la mujer, con sus coloridas ropas, camina por el costado para no mojarse. Aunque para quienes viven en las ciudades resulta algo exótico, la escena es una típica imagen de la vida cotidiana en esta zona de los Andes argentinos.
Gran parte del trazado del camino que une Iruya con San Isidro está hecha sobre la playa del río, cruzándolo varias veces en un tramo de alrededor más de 4 km. En los meses en que no llueve, es decir entre abril y diciembre normalmente, el río lleva poca agua y es fácil de vadear. Sin embargo, en la temporada de lluvias el río se vuelve caudaloso y las aguas son de color marrón, arrastrando piedras de gran tamaño. En ocasiones, cruzarlo se torna prácticamente imposible sin exponerse a un grave riesgo, por lo cual se utilizan senderos alternativos.
El colorido atuendo que usa la señora, compuesto por ese sombrero y una pollera, es una costumbre que vino de España. Con el tiempo se convirtió en una forma típica de vestir de las mujeres del noroeste de nuestro país. (Ph: Juan Manuel Guichandut).
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