IRUYA, Salta, Argentina.- Desde el camino a Rodio del Valle Delgado, las vistas son impactantes. Como la de la imagen: montañas escarpadas, pendientes abruptas por las que se ven caminos de vicuñas que parecen las hebras de una telaraña, un cielo que parece al alcance de la mano. Y a veces, las nubes bajas que están en los valles son como un mar blanco, algodonoso. Un paisaje único, que vale la pena ver al menos una vez en la vida. (Foto: Johssemil Choque).
