SAN ISIDRO, Iruya, Salta.- Un atardecer pleno de poesía. Mientras las sombras ya cubren el pueblo de San Isidro, a lo lejos los últimos rayos del sol tiñen de dorado las faldas de los cerros. Un ciprés luce estoico en el paisaje vespertino; los secos sunchos con sus bolitas contagian alegría al recortarse bajo el cielo celeste. (Ph: Pablo Harvey). — en NOTIRUYA – El Periódico de Iruya.